martes, 12 de mayo de 2015

Estos macarrones con pesto y guisantes te harán amar el verde

Esta receta es una adaptación de esta receta de Deliciously Ella, aunque el pesto lo he preparado diferente y además hemos utilizado guisantes frescos en lugar de congelados. Hay que aprovechar ahora que estamos en temporada para consumir ingredientes que vienen directamente de la huerta. El sabor de los guisantes es completamente diferente al se los guisantes congelados. Esta receta de macarrones con pesto de rúcula, pistachos y guisantes es una manera deliciosa de tomar verduras frescas y disfrutar con su sabor intenso.


Ingredientes

Para la pasta:

  • Macarrones
  • Guisantes

Aunque el pesto verde original lleva piñones y albahaca, estos dos ingredientes son caros y difíciles de encontrar en según que sitios. Sin embargo, el pesto admite muchas variaciones y se puede hacer también con otros frutos secos como nueces y almendras (yo le he añadido piñones que le dan un toque muy especial al pesto), y también se puede sustituir la albahaca por rúcula y el resultado es espectacular. De verdad que tenéis que probarlo. En casa nos gusta mucho el pesto y lo comprábamos de bote, pero desde ahora lo pienso hacer yo misma con esta receta. No lleva nada de tiempo hacerlo y merece la pena. 

Ingredientes del pesto verde:
  • Rúcula
  • Piñones
  • Queso parmesano rallado
  • Un ajo
  • Aceite de oliva

Preparación

Cocer los macarrones en agua salada hasta dejarlos al dente. Mientras se cuece la pasta, se cuecen los guisantes al vapor durante unos 12-15 minutos. Así conservan todos los nutrientes y el bonito color verde de los guisantes frescos. Para el pesto, basta con batir todos los ingredientes en la batidora y verterlo sobre los macarrones y los guisantes escurridos. 

La foto se ve borrosa por el vapor jijiji

Es una receta muy sencilla que consigue dar a la pasta un sabor intenso y muy diferente a lo que estamos acostumbrados, además, es una manera de comer verde y que resulte totalmente apetecible. Lo más importante, esta receta pasó la prueba más complicada en mi casa: ¡a mi marido le encantó! Quien le iba a decir que la rúcula podría resultar tan deliciosa.

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