No soy de atracones nocturnos, suelo cenar ligero, pero sin quedarme con hambre, así que no soy de las que abre la nevera o la nevera en busca de alimentos prohibidos. Pero sí me suele suceder mucho que me desvelo en medio de la noche. Será que con dos niños pequeños (uno que duerme bastante regular) mi cuerpo se ha acostumbrado a los despertares nocturnos. Y con tanto trajín por las noches, a veces me levanto con hambre, y así es imposible volver a dormirse. ¿Queréis saber cuál es el mejor alimento para estos ataques de hambre nocturnos?
El platano. Probadlo y veréis. El plátano es muy saciante. El plátano además es rico en triptófano, un aminoácido natural precursor de la serotonina y la melatonina. La serotonina es importante para el bienestar, mientras que la melatonina es un activador cerebral del sueño. Además el plátano es rico en magnesio, que evita los problemas de nerviosismo y estrés, y lucha contra los calambres musculares (por eso lo toman tanto los deportistas). Las nueces también son ricas en magnesio, así que si te quedas con hambre después del plátano, puedes comer dos o tres nueces (no más). Aquí podéis investigar más sobre los alimentos que nos ayudan a favorecer el sueño.
Desde luego, es mucho mejor comer un plátano que darse un atracón de galletas o de chocolate, que no nos terminan de saciar y hacen que comamos más y más sin parar, mientras que después de comer el plátano no nos apetece comer mucho más y además favorece que nos durmamos enseguida.
El plátano no es el demonio
El plátano se suele evitar en las dietas de adelgazamiento, pero es un alimento que no tiene tantas calorías como se piensa (unas 70 calorías para un plátano mediano, más o menos las mismas que una manzana), y que aporta muchas vitaminas y minerales necesarios para nuestro organismo. El único problema que le veo al plátano es que estriñe mucho (durante los embarazos lo dejé de tomar por ese motivo), pero si durante el resto del día tomas suficiente fibra, no dejes de comer plátano de vez en cuando. Y más a las noches. Que tengáis dulces sueños.
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